lunes, 11 de abril de 2011

Uno de mis fragmentos favoritos... De una de mis obras

Me sentía mareada de placer. La felicidad me emborrachaba como un licor malo y me embotaba los sentidos. Lo único que era capaz de percibir eran las manos de Dean sobre mi cuerpo y sus labios sobre los míos, dulces como la ambrosía. Mis dedos se aferraban a su pelo como si fuera lo único que me atara al mundo mientras él me alzaba y me depositaba en mi cama. Juntos nos deshicimos de su camisa y besé su pecho mientras él desabrochaba mi vestido. Yo fui a por los botones de su pantalón.
Me quedé en ropa interior y me dejé caer sobre las almohadas, respirando entrecortadamente. Intentando recuperar el aire. Nos miramos mutuamente: él parecía algún dios griego bello y poderoso, con su pelo negro como el ébano y su torso blanco perfectamente moldeado, como esculpido en piedra, aunque era suave y apetitoso. Sus ojos brillaban salvajes en la oscuridad. Tenía sed de él. De sus labios, de su cuerpo.
Se inclinó sobre mí y me besó con dulzura en los labios, apenas un simple roce sobre los míos.
-Eres hermosa-me susurró, con voz suave como la seda-. Llevaba mucho tiempo deseándote… Deseaba que llegara este momento. Charly, yo te…
Entonces la puerta se abrió de golpe y nos incorporamos, alertas. Una figura se dibujaba en el rellano. Llevaba algo alargado en la mano. Lo alzó con un chasquido y entonces me di cuenta de que era una escopeta. Disparó y la bala rompió en el pecho de Dean, que cayó sobre mí, bañando mi cuerpo semidesnudo con su sangre. Chillé, muerta de miedo, llamándolo aunque sabía que estaba muerto. Sus ojos me devolvieron una mirada vacía a la luz de la luna.
Entonces su asesino se acercó hacia mí, con el arma aún en alto. Cuando pasó frente al rallo de luz que entraba por la ventana no pude evitar quedarme paralizada de terror.
Sentí como la bala me atravesaba el pecho mientras miraba a los ojos a John, que mantenía una sonrisa de burla en su cara. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario